Estamos continuamente muriendo y volviendo a nacer. Cada vez que llegamos a un momento en que una noticia o un adios nos cambia, morimos. De nosotros depende el volver a nacer más brillantes, como las estrellas.
Después de cada muerte surge de nuevo la vida. Y después de cada llanto surge la alegría. La vida es el continuo río que no es igual ayer que mañana, y nosotros mismos cambiamos con él. La misma Naturaleza caduca las hojas que caen con el viento y vuelven en primavera.
Depende de uno mismo decidir si queremos ser cenizas para siempre, anclados en la tristeza del pasado, o queremos volver a nacer.
para volver a morir más adelante, y seguir el curso del universo hasta que nuestro cuerpo aguante. E incluso entonces, será de nuevo como volver a nacer.
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